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Crean un mapa de vulnerabilidad a partir del estudio del virus sincicial respiratorio

Las infecciones respiratorias agudas bajas (IRAB) son las principales causantes de internaciones y muertes en los bebés de hasta un año de edad.

virus sincicial respiratorio

Y más de 80% de las IRAB internables de origen viral son provocadas por el virus sincicial respiratorio (VSR). Investigadores de la Universidad Nacional ‘Arturo Jauretche’ (UNAJ) realizaron un estudio desde la epidemiología molecular para analizar el comportamiento macro desde el punto de vista del seguimiento de esas cepas, y así conocer la vulnerabilidad de las poblaciones.

Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias de la Salud de la UNAJ analizó el desplazamiento de cepas del VSR en el ambiente a través de un estudio interdisciplinario que contó con la integración de metodologías desde especialidades como sociología, epidemiología clásica, epidemiología molecular y clínica. Es un estudio de infecciones respiratorias dirigido por el docente e investigador de la UNAJ Alejandro Castello, que contó con los profesionales Alejandra Musto, Daniela Álvarez, Gabriela Hamilton, Mariana Orellana, César Moltani, Andrea Sancillo, Carolina García y Alberto Rodríguez Pérez.

El trabajo consistió en establecer mapas de seguimiento espaciotemporal de cepas del VSR mediante secuencias específicas. Se incorporaron al estudio 1.105 pacientes pediátricos internados con presentación compatible con IRAB en cuatro hospitales provinciales públicos de la provincia de Buenos Aires, de los cuales 248 muestras fueron positivas para algún agente viral. De éstas, 80% resultaron positivas para VSR.

“Conociendo el comportamiento macro desde el punto de vista del seguimiento de esas cepas, podemos conocer la vulnerabilidad de las poblaciones. Como el interés principal en la primera infancia está dado por las IRAB, a través del diseño de estudios de secuencia, nos asociamos con cuatro hospitales para que sea multicéntrico y así visualizar cómo se distribuye el virus en el territorio provincial”, explicó el bioquímico Alejandro Castello, director del estudio.

Se trabajó con el Hospital Interzonal General de Agudos ‘Evita’ de Lanús, el Hospital Interzonal General de Agudos ‘Dr. Alberto Antranik Eurnekián’ de Ezeiza, el Hospital Zonal General de Agudos Descentralizado ‘Evita Pueblo’ de Berazategui y el Hospital El Cruce Alta Complejidad en Red ‘Dr. Néstor Carlos Kirchner’ de Florencio Varela. Durante un año se tomaron muestras de bebés internados por bronquiolitis para caracterizarlos desde un punto de vista molecular. Castello remarcó que definieron “un recorte de una secuencia del virus y de esa manera visualizamos cómo se mueven las cepas. Idealmente cómo se mueven. Por ejemplo, salen de un foco y se expanden durante la fase epidémica de la circulación de los virus, desde la época que comienzan los fríos hasta septiembre”.

En los hospitales se tomaron más de 1.500 muestras de aspirado nasofaríngeo, que se utilizan para analizar las secreciones de la parte superior de la garganta, por detrás de la nariz, para detectar organismos que puedan causar enfermedad. La logística para recolectarlas fue muy importante porque en ningún momento deben perder la cadena de frío. Por lo tanto, la toma y traslado de las muestras implicó toda una sincronización muy importante entre las instituciones que participaron.

“Los estudios de laboratorio dicen: es VSR. Nosotros lo que estamos diciendo es ‘este VSR se movió de esta manera durante la temporada’. Y hay muchos más casos de este tipo que de otro. Eso funciona como un marcador de virulencia. Conociendo el virus, podemos conocer cuáles serían los determinantes socioambientales más importantes para trabajar en materia de prevención. Trazando el recorrido de los virus, también estamos viendo la vulnerabilidad. Porque estamos diciendo ‘en esta zona empezó un foco que siguió en otra zona’. ¿Por qué siguió?, ¿por qué se desplazó? Encontramos una explicación porque vimos el trazado de esa firma molecular que siguió un determinado camino”, relató Castello.
Los determinantes a los que se refiere están relacionados con aspectos

higiénicosanitarios. Por ejemplo, el humo de tabaco en el ambiente se asocia con una mayor gravedad; el nivel educativo de padremadre; cuántas personas conviven bajo un mismo techo; qué tipo de acceso al agua y a cloacas tiene el barrio; qué tipo de vivienda, pisos, paredes son las que rodean la realidad de los menores afectados por las IRAB.
Castello remarcó la diferencia entre este estudio interdisciplinario y sus trabajos específicos como virólogos: “Por mi profesión me interesa la historia natural de los virus. Investigar qué hacen y por qué lo hacen. Por su parte, en epidemiología molecular es más complejo porque no es un sistema aislado, como un laboratorio en condiciones controladas, donde infectamos células o animales. Acá se enfrentan poblaciones de virus con poblaciones de niños y la complejidad aumenta si consideramos que la población infectada es mayor si contemplamos casos asintomáticos. El VSR, como el rotavirus, reinfecta a la población en contacto”.

Por último, el investigador anticipó “un nuevo proyecto financiado en parte por la UNAJ en el cual a Lactococcus (bacterias lácticas) la decoramos con proteínas del VSR y probamos en ratones para lograr su inmunización y hemos encontrado alguna diferencia en cuanto a su protección con respecto a ratones que no fueron sometidos a esta prueba. Lo que hay que generar son respuestas protectoras. Una respuesta de ataque de células infectadas y de generación de anticuerpos que no tengan tendencia a exacerbar respuestas alérgicas. Estudiar lo que pasa en la naturaleza es lo que nos mueve y nos conduce a la investigación para el desarrollo de algún compuesto que sea capaz de inducir respuestas inmunes”.

Castello describió la situación actual respecto del desarrollo de vacunas contra el VSR: “En la década de 1960 las vacunas clásicas que se implementaron contra este virus ocasionaron casos más severos. Los chicos vacunados tenían peores presentaciones que los que no recibieron la vacuna. En el caso del VSR, se generó un tipo de respuesta que a nivel de mucosas respiratoria, que es donde se produce la infección, generaba anticuerpos que provocaban una respuesta de tipo alérgica. Era una respuesta inmune, pero no deseada porque empeoraba el cuadro: se producían consecuencias propias de la infección viral (destrucción de tejido, el cierre de los bronquios, por eso se hinchan los alveolos, los chicos están hipóxicos) y se asociaba con una respuesta exacerbada de tipo asmática.

Entonces es un virus al cual se le tiene muchísimo respeto en el desarrollo de vacunas. Si bien recién ahora están apareciendo algunas vacunas que parecen ser protectoras y se apartan del riesgo de exacerbar la presentación, en la UNAJ hemos realizado un estudio desde la epidemiología molecular, que se basa en hacer secuencias del genoma de los virus para ver cuál es la distribución de esos virus a nivel global, cómo entran en nuestra región, cómo se distribuyen, qué tan parecidos son esos virus a los incluidos en las vacunas”.

Fuente: REC

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