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Gracias a las vacunas, se redujo la circulación del VPH de alto riesgo

Cada año se diagnostican en Argentina 5.000 casos nuevos de cáncer de cuello de útero y 1.800 mujeres mueren por esta causa.

Con el objetivo de disminuir la incidencia y mortalidad de este tipo de tumor y también reducir el riesgo de desarrollar cáncer de orofaringe, ano y pene en varones–, se introdujo en 2011 la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) tipos 16 y 18 en el Calendario Nacional de Vacunación, para niñas e 11 años, y en 2017 se incluyó también a los varones de 11 años y a personas que conviven con VIH y trasplantados hasta 26 años de edad.

Hasta el momento, existía evidencia de la efectividad de esta vacuna en la prevención de infecciones en los países que fueron pioneros en programas de inmunización contra el VPH, como Australia o Canadá. Pero ahora, las conclusiones preliminares de una investigación realizada por el Laboratorio Nacional de Referencia de VPH de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) ‘Dr. Carlos Gregorio Malbrán’, junto a seis hospitales públicos mostraron el impacto positivo de la vacuna en Argentina.

El objetivo del estudio fue determinar la prevalencia del VPH en muestras cervicovaginales recogidas en adolescentes (15 y 16 años) sexualmente activas, que habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra el VPH, consultantes en el Hospital Escuela de Agudos ‘Dr. Ramón Madariaga’ (Misiones), el Centro Integral de Salud ‘Dr. Ricardo Pololo Abdala’ (Santiago del Estero), el Hospital Zonal General de Agudos Descentralizado ‘Evita Pueblo’ (Berazategui), y el Hospital General de Agudos ‘Bernardino Rivadavia’, Hospital General de Agudos ‘Dr. Carlos Gustavo Durand’ y el Hospital General de Agudos ‘Dr. Cosme Argerich’ (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). En la primera etapa (2014-2015) se incluyeron 957 muestras de adolescentes no vacunadas y en la segunda etapa (2017-2018) 922 de adolescentes que sí habían recibido la vacuna.

“Luego del análisis comparativo se observó una notable reducción de los genotipos 16 y 18 del VPH –los responsables de la mayoría de los cánceres de cuello de útero–, en la población vacunada”, explicó María Alejandra Picconi, jefa del Servicio Virus Oncogénicos de la ANLIS, y responsable del estudio. Mientras que la prevalencia del genotipo 16 en mujeres no vacunadas fue de 11,08%, en las vacunadas fue de 0,90%. En el caso del genotipo 18, se redujo de 5,96% a 0,54%. “Se estimó una efectividad de la vacuna de 93,6% para la protección contra la infección de los serotipos 16 y 18 del VPH de manera conjunta. Asimismo, se detectó una reducción de la prevalencia de los serotipos 31, 33 y 45, no incluidos en la fórmula vacunal, lo que estaría indicando una protección cruzada”, agregó.

Para Carla Vizzotti, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), es muy impor-tante poder contar con datos de Argentina: “Saber que disminuyó la circulación de los genotipos incluidos en la vacuna es clave por dos cosas: para sostener la estrategia sanitaria y para que la población sepa que se beneficia con la vacunación”.

 

Cobertura

Los resultados del estudio fueron presentados esta semana durante el lanzamiento de la campaña “No miremos para otro lado”, que reúne a doce instituciones médicas y científicas. “El VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente que afecta a hombres y mujeres en Argentina: 13% de los mayores de 30 años están infectados por subtipos de VPH de alto riesgo, prevenibles mediante la vacunación”, advirtió Silvio Tatti, jefe de la División Ginecología del Hospital de Clínicas ‘José de San Martín’ (Universidad de Buenos Aires).

La vacuna contra el VPH es obligatoria y gratuita para todas las mujeres y varones a los 11 años. Son dos dosis que deben aplicarse con un intervalo mínimo de seis meses. Sin embargo, las tasas de vacunación no son tan altas como deberían ser. “Tenemos mucho trabajo por hacer. Hoy casi 50% de los chicos no tienen la segunda dosis aplicada. Las vacunas se tienen que dar en tiempo y forma”, afirmó Angela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital General de Niños ‘Dr. Ricardo Gutiérrez’.

Además de la vacunación, el tamizaje (Papanicolaou y test de VPH) y el tratamiento de las lesiones precancerosas pueden evitar casos nuevos de cáncer de cuello de útero y muertes. Por eso, los especialistas recomiendan la visita periódica al ginecólogo para detectar la presencia del virus o de alguna lesión de manera temprana.

 

“No miremos para otro lado”

“El VPH puede producir cáncer de cuello uterino, vaginal, anal, de pene, de cabeza y cuello entre otros”. “En el mundo se diagnostica un cáncer cervicouterino por minuto”. “Ocho de cada diez personas contraerán VPH en algún momento de sus vidas”. Estos son algunos de los mensajes claves en torno a los cuales gira la campaña de concientización sobre la prevención de la infección por VPH, llamada “No miremos para otro lado”, que fue lanzada por 12 instituciones médicas y científicas argentinas, en el marco del Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino que se celebrará el 26 de marzo.

 

Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino

 

Fuente: REC

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